El cáncer de ovario es uno de los cánceres más comunes entre las mujeres. Las que padecen las primeras etapas del cáncer no siempre muestran síntomas, pero sí los pueden mostrar una vez que se ha diseminado a los órganos circundantes. Los exámenes físicos, pruebas de imagen y análisis de sangre pueden ayudar a diagnosticar esta enfermedad.

Paso 1. Conozca algunos de los síntomas que se asocian con el cáncer de ovario y de presentarse alguno, acuda al médico. Las mujeres que tienen cáncer de ovario pueden sentirse hinchadas, tener dolor de estómago o dolor en el área pélvica, necesitar orinar con frecuencia, presentar cambios en el ciclo menstrual, dolor después de la relación sexual y sensación de cansancio.

Paso 2. Someterse a un análisis de resonancia magnética o una tomografía computarizada, les permite a los médicos ver los órganos internos y las anomalías que puedan existir. Las pruebas de imagen son capaces de exponer los tumores en los ovarios y mostrar las células cancerosas en otros órganos, si el cáncer se ha diseminado.

Paso 3. Haga que su médico tome una biopsia de tumores o tejidos anormales que aparecen en sus ovarios. No todas las anormalidades son malignas, algunas mujeres desarrollan quistes ováricos que son benignos y se pueden tratar fácilmente.

Paso 4. En caso de ser necesario permita que le tomen muestra de sangre, ya que varios análisis de sangre pueden indicar si el cáncer ovárico está presente y si se debe a los antecedentes familiares. Muchos de estos exámenes observan determinados tipos de proteínas que se encuentran en células cancerosas, así como detectan mutaciones genéticas que hacen más probable que una mujer desarrolle cáncer de ovario o de mama durante su vida.