La mayoría de las mujeres tienen una prueba de Papanicolaou una vez al año, a pesar de que este calendario puede cambiar un poco si se está embarazada o si se acaba de dar a luz. Tener un bebé no  exime a la mujer de la prueba de Papanicolaou, pero es importante esperar hasta que sea el momento adecuado.

Paso 1. Comience por preguntarle a su médico acerca de sus factores de riesgo. Si nunca ha tenido una citología vaginal anormal, entonces puedes esperar de dos a tres años a partir de la fecha de la última prueba de Papanicolaou, no desde la fecha de nacimiento del bebé.

Paso 2. Consulte a su médico aproximadamente seis u ocho semanas después del nacimiento de su bebé para ver si tiene que programar una prueba de Papanicolaou. Si ha pasado más de un año desde su citología vaginal anterior o si ha tenido resultados anormales en el pasado, su médico probablemente sugiera que se realice la prueba. Se puede esperar hasta las seis a ocho semanas, sin embargo, la hemorragia posparto que es muy común, puede interferir con la exactitud de los resultados de la prueba, al igual que lo hace un período normal.

Paso 3. Espere hasta que su período menstrual se estabilice. Según la Asociación Americana del Embarazo, el momento óptimo para tener una prueba de Papanicolaou es entre 10 y 20 días después del primer día de su último período. El médico puede distanciar la realización del examen hasta que la mujer haya presentado por lo menos un período, y de esa forma ser capaz de programar el mejor momento para obtener los resultados precisos.